martes, 29 de septiembre de 2015

Ya visualizando los temibles 30 me animé a realizar mi sueño más grande. Ser mamá.
Desde muy chica decía que si para esta edad no tenía una pareja estable, iba a acudir a la inseminación artificial. Claro, decir eso hace quince años era una locura y como tal todos se la tomaban.
Pero en marzo de este año (2015) hablé con mis más fieles seguidores (llámese mamá y papá) e inicié el 'proyecto'.
Lo primero fue informarme sobre los institutos que realizan el procedimiento en Buenos Aires. Vivo más cerca de Rosario, pero los centros de esa ciudad exigían estar casada o al menos en pareja.
Tengo una muy buena obra social por lo que asumí que después de la ley todo me sería más fácil. NUNCA estuve tan equivocada en mi vida!!!
Es cierto lo que dicen "hecha la Ley, hecha la trampa". Según la Ley Nº 26.862 de 'Acceso integral a los procedimientos y técnicas médico-asistenciales de reproducción médicamente asistida': 
-Tienen derecho a las prestaciones de reproducción médicamente asistida todas las personas, mayores de edad, sin discriminación o exclusión de acuerdo a su orientación sexual o estado civil.
- El sector público de la salud, las obras sociales reguladas y otras entidades de la seguridad social incorporarán como prestaciones obligatorias y a brindar a sus afiliados o beneficiarios, la cobertura integral de las técnicas de reproducción médicamente asistida.
Pero resulta que mi obra social solo tiene acuerdo con UN lugar de todos los que realizan el procedimiento y da la casualidad de ese lugar no trabaja con mujeres solteras.
Así que empecé a averiguar por otros lados y terminé en IVI. (http://www.ivi-fertilidad.com)
Lo primero que hice fue llenar un formulario que está en la pagina web solicitando información y al día siguiente se comunicaron conmigo por vía telefónica. La persona con la que hablé fue extremadamente amable y comprensiva con mi situación. Después de dar algunos datos concretamos fecha para la primerisima consulta.

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